Resulta inevitable no reconocer el poder que los medios digitales tienen en la actualidad en comparación con los medios tradicionales. Como publica el periódico EL PAÍS, "El ciberespacio se come al libro" (7 de marzo de 2007). En este artículo se indica el crecimiento tan rápido que las nuevas tecnologías como Internet, además de correos electrónicos o aparatos de última generación -las cámaras digitales, la telefonía móvil o los reproductores de audio- han experimentado.
En este artículo se indica que la información digital es equivalente a tres millones de veces la información contenida en todos los libros escritos. ¿Sorprendente verdad? O como también publica este periódico el 64,2% de internautas lee prensa en versión electrónica, mientras que un 63,7% lo hace a través de la tradicional (ELPAÍS, 8 de marzo de 2007)
Con estos datos podemos deducir que con la llegada masiva de las nuevas tecnologías se produjo una tranformación en la información así como repercutió en las relaciones sociales. Es decir, los medios digitales ofrecen a los cuidadanos la posibilidad de opinar sobre los diferentes artículos que se publican; con su participación se consigue que el lector deje de ser un simple lector y se convierta en un ser más activo y crítico. Además, el 70% de los contenidos que aparecen en estos medios son producto de los usuarios. Ellos se convierten en los principales productores de información, conformando así el lema nosotros somos la web. La web 2.0, etapa de desarrollo en la cual estamos (2000-2010)
Las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) aportan actualidad, llegada y disponibilidad. En cuanto a la actualidad, tanto Internet como los blogs, por ejemplo, ofrecen una inmediatez que los medios tradicionales como la prensa no ofrecen. Aquellos permiten publicar la información minutos después de que un acontecimiento haya ocurrido, consiguiendo que millones de internautas puedan conocer la información.
Respecto a la llegada, con los medios digitales se consigue ampliar el número de consumidores de la información pues son millones de hogares los que disfrutan de Internet. Y por último, ofrecen la posibilidad de encontrar la información no sólo en texto, sino también en otros formatos como el audio o el video.
Aunque no todo son ventajas. Los medios tradicionales aportan por un lado movilidad y por otro, acceso. Movilidad porque el periódico puede llevarse de un lado para otro mientras que leer a través de la pantalla implica tener un ordenador. Y acceso a la información porque no toda la población que vive en España posee internet. Nuestro país se sitúa a la cola de Europa en cuanto al número de usuarios de Internet: sólo un 39% en comparación con los altos porcentajes (cerca del 100%)que se registran en los países nórdicos. Sin embargo, esto no es así en telefonía móvil: España se encuentra en la cabeza de la lista con un 91,8% teniendo por debajo de ella a países como Japón o Estados Unidos. (Datos extraídos del informe La Sociedad de la Información en España 2006 publicado por la Fundación Telefónica)
No obstante, el disponer de tales cantidades de información plantea dos problemas. En primer lugar, cada vez es más difícil de manejar esa información y en segundo lugar, se complica su conservación pues los recursos de los que se disponen para almacenarla no tienen la duración de otros materiales antiguos como la piedra o las pinturas.
Si es que no es oro todo lo que reluce.
